Seguramente este tema ya viene a ser gravoso para muchos, pero no por eso me negare a darme el tiempo para escribir mi opinión, no como representante de la juventud, ni menos aun de la Iglesia Evangélica, pero si de lo que soy, la hago desde mi propia ubicación de la realidad… un joven que cree en Jesús, de ahí joven evangélico aunque no todos lo evangélicos crean en Jesús,
Ricos, pobres, creyentes, agnósticos, mujeres, hombres, ancianos, niños y adultos nadie ha quedado indiferente al tema y desde luego Internet y las calles han vivido en carne propia el efecto. Esto ha producido un increíble y no menor material informativo del cual la ciudadanía ha visto al respecto, ya sea para estar en contra o a favor, creo que todos estamos en esta etapa sumamente educativa frente al tema del medio ambiente como otros temas que complementan la problemática HidroAysén. Y es que el dilema que presenta un proyecto energético cómo este es la compatibilización sobre el cuidado de nuestro el medio ambiente -como un hogar humanamente habitable para todos- con la creciente demanda por la energía.
Mi pregunta parte ¿qué pito tengo que tocar en esto? Y creo que tantos se han hecho esta pregunta y muchos se han restado a la discusión, bueno creo que si tengo pito que tocar, y no comparto con quienes se restan, comparto con muchos que han identificado este asunto como fundamentalmente ético, porque implica decisiones que afectan a tod@s, a corto, mediano y largo plazo, nuestra calidad de vida.
Somos “mayordomos” es decir administradores de este mundo que no es propiedad nuestra, ni de unos pocos… sino de tod@s los seres creados. Por lo que debiera ser de interés de tod@s el velar para que las nuevas generaciones hereden la tierra en un estado en el que puedan habitarla dignamente. “Cuidar la naturaleza para hacerla humanamente habitable. Desde una actitud cristiana, así responderemos a la vocación de ser co-creadores y sabios administradores de una obra maravillosa inaugurada por Dios que ama incondicionalmente a la humanidad”.[i]
He escuchado y leído tanto las razones de unos y de otros sobre el famoso proyecto, pero citaré a uno que me dio vergüenza al leerlo, fue una carta que escribió es señor Luis Larraín al Mercurio con un titulo “La Elite contra los pobres”[ii], pensé en algún momento que se trataba de la Elite que está en HidroAysén, pero no… en su nota hablaba de quienes eran los salvadores de los pobres era justamente esta empresa, que a miles de chilenos les daría luz y energía de aquí hasta bastante tiempo más, y los malos eran los “terroristas-ecologistas” que evitaban que esto llegara a los “pobres”, al terminar de leer pensaba que sin duda los dueños de las mineras, que serán los principales beneficiarios con HidroAysén son muy pobres…
Según el Instituto Libertad y Desarrollo este proyecto busca “Llevar al desarrollo a nuestro País”[iii] y es ahí donde me causa una surte de cosquilleo, porque considero que habla del desarrollo que quieren algunos, porque a mí nunca este instituto me ha preguntado (ni por encuesta) cual es el desarrollo que quiero para mi País, menos me ha preguntado acerca del desarrollo que quiero para mí y a lo mejor nunca lo hará por que mi opinión es la simple opinión de un joven mestizo, estudiante, de clase media y evangélico insignificante para los intereses de quienes son los que fijan cual es el desarrollo para Chile, pero la verdad, que me da igual, porque eso no significa que no lo pueda soñar, o que me impidan a CREER que existe una manera distinta de ver que progresamos, que seamos “desarrollados” una manera diferente a lo que nos han propuesto. Estos que proponen este tipo de desarrollo son los mismos de siempre, son los mismos que se han apropiado del agua, negando el derecho al agua como derecho humano fundamental, que brota de la dignidad de las personas, fruto de su condición de hijos e hijas de Dios, son los mismos que se apropiado de la educación formado la tan despreciable “elite” generando en Chile un lamentable clasismo y una discriminación que día a día se ve, se siente y se sufre, son los mismos que se han apropiado de la salud, dejando a más de la mitad de los chilenos en servicios indecentes, inhumanos, negando el derecho a vida por no tener el dinero, son los mismos que han generado las guerras en épocas anteriores para seguir teniendo el poder, el control de las riquezas y han preferido mantener sus grandes empresas en desmedro de las vidas de tantos de nuestros hermanos que han muerto por causas jamás entendidas o causas de los interés explícitamente del “desarrollo” (de ellos), son los mismos que hoy se aprovechan de un país débil en políticas energéticas y promueven este tipo de desarrollo a través de este proyecto el cual lo defino como desarrollo para unos pocos… un Desarrollo para los mismos…
Creo, sinceramente que si supiera que HidroAysén fuera la opción para que la educación o la salud fuera de calidad y gratuita para tod@s, que esto nos llevaría a romper con la desigualdad económica en Chile, entonces creo que sería muy tentativo en ese caso… pero como HidroAysén no representa esa opción y creer eso sería la ingenuidad más grande, entonces prefiero negarme a esta opción, es más apostaría sin conocer que también son los mismos que sacan lucro de la educación y se enriquecen con la salud de los chilenos, porque este monstruo llamado “Sr. Dinero” vaya que es poderoso… y se transforma en distintos nombres, con el tiempo y en circunstancias.
Sin duda como evangélico me he preguntado que fue lo que Jesús propuso y creo sin dudar, fue uno desarrollo sin egoísmo, uno que no hubiera una apropiación indebida, un Desarrollo para todos y todas, un desarrollo sin amor al dinero, con amor al ser humano y lo creado. Curiosamente el Sr. Presidente Sebastián Piñera, (creo que lo hizo inocentemente) mencionaba en una charla para emprendedores que “Adán y Eva habían sido los primeros emprendedores”, esto debido “a que ellos se atrevieron hacer de lo que estaba prohibido, que era comer del fruto prohibido”[iv]... entonces uno deduce que vieron en el árbol del bien y del mal una oportunidad para tomarla y arriesgarse. Cualquiera que ve ese video se dará cuenta lo cómico que es nuestro presidente, pero sin duda usare su misma “interpretación” para preguntar al lector, ¿Hasta qué punto es conveniente emprender?¿hasta el punto de apropiarse de lo que no les pertenece? ¿Es conveniente emprender hasta el punto de destruir la Patagonia y atravesar Chile, pasando por encima de áreas protegidas, territorios indígenas, zonas agrícolas y en definitiva sobre la vida del sur de nuestro país?
Es que este tipo de desarrollo destruye no tan sólo parte de nuestro planeta sino las esperanzas de pensar en un mundo distinto, es que nos enfrentamos a una nueva desproporción, a un nuevo intento de terminar con la vida de una de las últimas regiones no contaminadas del planeta, y por eso mismo de un valor incalculable. “El valor de la Patagonia, de su naturaleza vital, de sus gentes, de sus sueños y esperanzas, no puede ser decidido ni calculado, ni en sus oficinas presidenciales, ni en la bolsa de valores, y mucho menos en la mesa innoble del consejo de accionistas de la empresas energéticas que pretenden la aprobación del mega proyecto llamado Hidroaysén”.[v]
Los expertos de todo el mundo han dado sus voces críticas acerca de este proyecto, curiosamente los expertos del gobierno (o cercanos a él) son quienes más entusiasmados están, sin duda ellos también conversaron con el “Sr. Dinero” y ven un espacio laboral en sus declaraciones.
Una decisión basada sólo en intereses económicos es éticamente inaceptable y deplorable porque constituye una mezquina burla de la sociedad. Por el contrario, una respuesta humanizadora al desafío energético requiere un diálogo en el que todas las personas y comunidades, especialmente los más involucrados y afectados por las iniciativas, puedan participar y sus opiniones sean tenidas en cuenta para las decisiones que les afectan.[vi]
El progreso, o es sostenible o no es progreso. Así pues, antes de afirmar la creciente demanda por energía como requisito para el progreso, es preciso abordar un proceso como país para construir en conjunto un modelo de desarrollo.
Cada vez que dicen que no hay otra forma recuerdo dos cosas que en Chile están unos de las personas más ricas del planeta y otra que cuando iba en el colegio Plutón era un planeta, es decir Dinero hay y soluciones científicas de energías renovables que no contaminen también se pueden generar. ¿Cómo no va a agradar a Dios el progreso de sus hijos con tal que sea justa y no destruya lo creado? Entonces busquemos otras opciones y esta vez digamos no al Sr. Dinero llamado personificado esta vez en HidroAysén.
[i] Declaración del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile. Ref. CECh Nº 146/2011
[ii] http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2011/05/13/las-elites-contra-los-pobres.asp Luis Larraín Director Ejecutivo de Libertad y Desarrollo.
[iv] Declaración del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile. Ref. CECh Nº 146/2011
[v] Carta de Luis Sepúlveda al Presidente Sebastián Piñera.
[vi] Declaración del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile. Ref. CECh Nº 146/2011
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