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lunes, 28 de noviembre de 2016

Día de Oración y Acción por la Niñez Chile 2016

El siguiente documento es un trabajo colaborativo iniciativa del Movimiento Juntos con la Niñez y la Juventud en Chile para la promoción del Día de Oración y Acción por la Niñez.
Este año en particular hemos sentido con fuerza la débil institucionalidad de nuestro país para darle protección de derechos a niñas, niños y adolescentes, la grave crisis que afecta al SENAME (Servicio Nacional de Menores), y la falta de acceso de una educación de calidad en los sectores más empobrecidos de nuestro país, son síntomas de una gran falta de responsabilidad de nuestra sociedad con la niñez.

Las diversas formas de maltrato que hoy existen tanto a nivel institucional como a nivel micro son situaciones que buscamos visibilizar en este documento como denuncia, pero una denuncia activa, desde personas y/o instituciones comprometidas en la transformación de las realidades de las niñas, niños y adolescentes desde el mensaje del evangelio y el testimonio de la fe.

Nuestra invitación a la oración no es un adorno litúrgico, sino un llamado a la acción, al despertar y al acompañamiento. La situación a nivel global nos presenta el fenómeno migratorio, refugiados en diversos países por causa de las guerras, las cuales son una de las tantas formas de violencia de los adultos hacia las niñas y niños, que nunca han escogido ser partícipes de esas batallas.

Con dolor hemos visto la cantidad de abusos sexuales cometidos, incluyendo los cometidos desde vestiduras religiosas, inescrupulosos que usan un lugar de poder para destruir las vidas de los más pequeños y pequeñas. Esa pena acompañada de la gran cantidad de víctimas de la explotación sexual infantil, víctimas para la pornografía, o que son vendidas al mejor postor en las fronteras. Con horror es una realidad que no hemos querido asumir, porque al parecer no nos toca directamente, sin clientes no hay trata, sin consumo no hay industrias.
Las nuevas formas de sociedad van produciendo diferentes síntomas que es necesario ir reconociendo, como lo son las diversas formas de hacer familia, que en una sociedad como la nuestra que existan niños, niñas sin padres, nos debería romper toda indiferencia. Las formas de adopción son burocráticas en algunos casos, y la cantidad de niños abandonados, con resguardo familiar o no son una realidad presente, que nos debiese cuestionar nuestra comodidad. Niñas y niños abandonados que buscan sobrevivir a través del robo, que su vivienda en la calle y su educación es la conversación ajena. Pareciera ser una mentira cuando hablamos de desarrollo y progreso en nuestro país, se progresa en infraestructura, pero en valores aún somos retrógrados. La calidad de vida no es solamente el uso de elementos tecnológicos, sino también una cobertura de derechos. Niñas y niños que no tienen acceso a la salud, son empobrecidos desde pequeños para el alimento de un sistema que no les interesa la vida, sino más bien su consumo.

Buscamos en este contexto que nuestras Iglesias pueden ser entes facilitadores del desarrollo y la protección de las niñas, niños y adolescentes. Un Iglesia comprometida con su realidad, misericordiosa y compasiva que al igual que Jesús tenga a los niños en el centro de su mensaje. Creemos que es posible, en Dios tenemos nuestras esperanzas.

En este documento encontrará diversos motivos de oración, además de otros aportes como poesías y una propuesta de culto para niñas y niños. Les invitamos a ocupar este documento en especial para este domingo que se celebra el Día mundial de oración y acción por la niñez, pero así también en cualquier otro espacio de reflexión sobre nuestros compromisos con las niñas y niños en nuestros contextos.





Link: http://bit.ly/DiaDeOracionPorLaNiñez2016

viernes, 10 de junio de 2016

Editorial Jóvenes Fe y Sexualidad en Revista 95 Tesis.


Los Derechos Sexuales y Reproductivos comprenden ciertos Derechos Humanos, es decir, facultades inherentes a cada ser humano por su condición de tal, relacionadas con la Sexualidad y Reproducción de las personas, y han sido incluidos en diversos documentos internacionales sobre Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas. Sin embargo, al igual que gran parte de los Derechos que integran los catálogos presentes en los Pactos Internacionales, en diversos lugares del mundo han sido sistemáticamente desconocidos y vulnerados. Limitaciones a la libertad sexual de las personas, tráfico de seres humanos para obligarlos a ejercer la prostitución, discriminación producto de la orientación sexual e identidad de género, son sólo algunos ejemplos de esta situación.

Nuestro país no ha estado exento de estos atropellos, y si bien es cierto que en las últimas décadas se han producido avances en esta materia, aún existen diversos factores políticos, jurídicos, sociales y culturales que impiden el pleno respeto en la práctica de los Derechos Sexuales y Reproductivos.

Como jóvenes cristianos, tenemos conciencia de que no podemos abstraernos del debate al respecto, y por eso el objetivo de la presente edición de la Revista 95 Tesis es contrastar diferentes visiones acerca de la vigencia, alcance y eficacia de estos derechos, relatar experiencias de vida relacionadas con ellos, y entregar material que pueda ser útil para la reflexión y discusión. Esperamos también, que dichas reflexiones impulsen la realización de acciones concretas que lleven a su consolidación y respeto efectivo en nuestras comunidades, nuestro país y el mundo.

En ningún caso, pretendemos dar una conclusión del tema en este número de la Revista, al contrario, creemos que la conversación en torno a los Derechos Sexuales y Reproductivos, debe seguirse dando tanto dentro de nuestra Pastoral de Jóvenes de la IELCH como fuera de esta.

Guiados por el mandato de amor de Jesucristo, pedimos a nuestro Señor que nos ilumine en la lectura, y nos ayude a despojarnos de los prejuicios que nos impidan abrir nuestros corazones al testimonio de nuestros hermanos. Amén.

Revista 95 Tesis

Lea los artículos de la serie: Jóvenes, Fe y Sexualidad en este link: https://revista95tesis.wordpress.com/category/jovenes-fe-y-sexualidad/

sábado, 30 de abril de 2016

Primera edición Revista Nómades



Nómades es una constante invitación al movimiento, una ruta con momentos para compartir, celebrar y recrear. En cada uno de nuestros espacios queremos mostrar distintos lugares que encanten y permitan disfrutar la vida en mayor plenitud; el objetivo de este número es una alegre travesía por rincones aún no conocidos, proyectos emergentes que evocan fuertemente la pasión, el placer y la armonía. Recorreremos ideas, sueños, desafíos y lugares mágicos. Queremos cautivar a cada uno de nuestros lectores y lectoras con una propuesta cultural de vivir una vida novedosa que sorprende y experimenta nuevos desafíos en el camino. Este será el principio de nuestra relación, pretendemos enamorarnos y viajar juntos por rutas que no tienen fecha de regreso, ni de expiración. Recorramos juntos este viaje y construyamos nuevos rumbos que nos alegren y sorprendan. Seamos Nómades. 


viernes, 25 de marzo de 2016

Meditación de Semana Santa Por Manuel Ossa



Al Dios de Jesús se lo puede pensar sólo en términos históricos, es decir, como saliendo al encuentro de la comunidad que se constituyó en torno a Jesús. Es un Dios que no puede compararse con el Dios del que comúnmente se habla. Porque cuando se habla de Dios, sea para adorarlo, sea para negarlo, se piensa en un ser inmutable y omnipotente. Y ese Dios no puede ser el de Jesús, porque al de Jesús le acontece morir en y con él.  Y la muerte es la máxima impotencia y mutación. No se lo puede reconocer como “Dios”, porque decir de Dios que se muere, es un escándalo. Y el escándalo se vuelve locura cuando se afirma, - como lo hicieron los primeros de sus seguidores y seguimos haciéndolo nosotros -,  que vive de otra manera, la suya propia a través de la muerte. Es el escándalo y la locura de la cruz de que habla Pablo.

Así de escandaloso y de loco es, pues, el Dios que nos sale también al encuentro a quienes hoy confesamos ser sus seguidores. En la semana santa de este año, los cristianos volvemos a sorprendernos de este nuestro Dios. Pablo, el esclavo de Jesús el Cristo, hablándoles a los Atenienses en el Areópago, le llamó el “dios desconocido”, que es casi lo mismo que decir el “extraño”, el que no calza con nuestro sentido común, el “des-ubicado”, porque literalmente no tiene lugar ni ubicación entre nuestras ideas consabidas sobre la divinidad. Tanto que los Atenienses le volvieron la espalda a Pablo para no los tomaran por locos si seguían escuchándole.

El Dios del que se habla en el relato de Jesús de Nazaret es el Dios que está viniendo, no uno “que está sentado”, inmutable y omnipotente.

1. El Dios de Jesús

El evangelio nos da a entender que Jesús estaba todo el tiempo vuelto hacia Dios, su Padre, y por eso mismo, vuelto hacia el prójimo, sus hermanos, los más pequeños y olvidados. Por eso anunció la llegada de un mundo distinto – el “Reino de Dios” - donde los pobres serían felices. Con ello, se puso en contradicción con las convenciones y leyes de su época – y de todas las épocas – según las cuales los ricos y los poderosos son los que tienen que dar la pauta y dictar las leyes en provecho propio. Se puso en contradicción con el Dios de los ricos. Esa contradicción lo llevó a que lo mataran en la cruz. Al “ajusticiarlo” de acuerdo con sus propias leyes y su propio “Dios”, los poderes del mundo quisieron suprimir y matar al Dios cuyo reinado Jesús anunciaba.

El Dios de Jesús – desconocido y sin ubicación en este mundo de los ricos – aceptó morir con Jesús con la muerte de los condenados de esta tierra: los empobrecidos y aplastados. Abandonado (Mc 15, 34) del mismo Dios cuya venida él anhelaba insistentemente, “se hizo maldición” (Gal 3,13). El Dios de Jesús incorporó así la muerte y el abandono humano a su mismo ser histórico, ése que está viniendo y está llegando, en su Reino. Al incorporar en sí la muerte de los empobrecidos, aplastados y condenados, les devolvió a éstos la dignidad que les es propia y les reveló que su lucha contra los poderes opresores es una resurrección con la que él los aprueba, como aprobó a  su hijo Jesús resucitándolo. Le hace vivir ahora como resucitado en su “cuerpo espiritual” (1 Cor 15,44), en medio de nosotros y en nosotros, mediante su Espíritu de vida, dándole así nueva vigencia histórica – en nosotros y por nosotros - a su resistencia al mal, hasta que venga a nosotros su Reino.  

2. Una teología de la cruz

Al “resucitar” a un condenado, constituyéndolo como su hijo y nuestro Señor, el Dios Padre aprobaba los hechos y palabras de este condenado, y se  ponía del lado de los excluidos y condenados de la tierra. El “poder” cambiaba así de mano y de carácter en la visión de la comunidad de creyentes, porque cambiaba la idea que el hombre se hacía de Dios. Si Dios se identifica con el condenado, es porque se distancia radicalmente del poder que lo condenaba:
“ha escogido Dios lo débil del mundo para confundir lo fuerte, lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios, lo que no es para reducir a la nada lo que es”  (1 Cor 2, 27b-28). 

En adelante, para los seguidores de Jesús, Dios no era ni podía seguir siendo el que confirmara o legitimara el poder, la gloria ni el saber de los jefes de ningún pueblo. El Dios de Jesús, al constituirlo como Señor en su cruz, reconocía como suyos los rasgos y gestos de ese hombre que solidarizara sin condiciones con los excluidos y abandonados. En adelante, el no-poder o la debilidad del pobre con el que Jesús se ha identificado hasta la cruz será el lugar de privilegio donde se encuentra a Dios. Si primero no se le reconoce en los excluidos, tampoco se lo va a encontrar en el templo. (Pablo habla de esta inversión de la razón, del poder y de la gloria producida por la cruz en 1 Cor 1, 17-18; 20b-25).

3. Consecuencias en el espacio público

La teología de la cruz no es una teología política que legitime ningún ejercicio de poder social o económico determinado, ni inspire o sirva de programa a un gobierno, ni promueva la toma del poder por parte de ningún grupo social. Pero es el criterio que permite calificar de justo o injusto el poder social, económico o político de cualquier grupo. Desde este punto de vista, la teología de la cruz tiene necesaria e imperativamente una dimensión política, pues la denuncia o la crítica de la injusticia y de la inequidad es parte de la proclamación de la buena nueva de que a Dios se le encuentra en el reconocimiento, el respeto y el amor de los otros, partiendo por los excluidos. “Lo que hicisteis con uno de esos pequeños, conmigo lo hicisteis”, pues yo fui y soy uno de ellos.

A esta función crítica debe agregarse el empeño por buscar el modo de convivencia que más pueda acercarse a un modelo orgánico y participativo de sociedad, pero sin imponerlo bajo ningún concepto religioso.

De todas maneras, la forma de organización y de presencia pública de la comunidad de seguidores de Jesús tendría que emular su anonadamiento (kénosis) y no la mal entendida realeza de Cristo (“mi reino no es de este mundo”), pues la “gloria” del resucitado es la inversa de las glorias y ceremonias de las dinastías que, sin embargo, han sido copiadas históricamente por las iglesias, tanto en sus jerarquías, palacios y pactos con el poder político, como en su arquitectura, liturgia e iconografía. Por esto, cualquier tipo de alianza con los poderes políticos de turno y cualquier tentativa por obtener privilegios sociales para una comunidad de iglesia es contraria a una consecuente teología de la cruz.

4. Hacia una espiritualidad de la cruz

Hay espiritualidades de la cruz que exaltan sin crítica las imágenes de “víctima”, “sacrificio” y “sangre”, se apoyan en dudosas interpretaciones bíblicas, ignorando los contextos culturales e históricos que han dado origen a estas imágenes. Sobre tales teorías religiosas recae hoy la sospecha de favorecer tendencias sádicas o masoquistas. Hay también otras doctrinas que presentan la cruz como antídoto, calmante o consuelo en los padecimientos, dolores o enfermedades que a todos los humanos nos aquejan por nuestra mera condición de seres biológicamente limitados y destinados a la muerte.

De ninguna de las teorías o doctrinas recién nombradas habla Jesús cuando advierte a quien quiera seguirlo que deberá hacerse cargo de su propia cruz. La cruz de los seguidores de Jesús es la que los poderes dominantes erigen contra ellos, a veces con violencia, para liquidar una fidelidad que les molesta en sus intereses. Fue la cruz de Oscar Romero por defender a los pobres de El Salvador; la de Martin Luther King, por su fidelidad sin compromisos con sus hermanos y hermanas de color en tiempos de segregación racial. También fue la de Gandhi, a la manera hindú de seguir a Jesús. Pero, si ellos están entre los más visibles y conocidos, no son los únicos. Podríamos mencionar con sus nombres a cristianos a quienes se les aparta de la docencia y a curas a los que se les denuncia entre nosotros por distanciarse de “doctrinas” eclesiásticas oficiales excluyentes, de las que ni siquiera se admite que puedan ser discutibles.

No se requiere actuar como héroe para ser seguidor de Jesús. La mentalidad dominante tiende a imponernos a todos la ley del mayor provecho personal, caiga quien caiga. Resistirse a esta mentalidad para amar de veras al prójimo es ya activar una espiritualidad del seguimiento de Jesús y acoger la propia cruz. Es arriesgar ventajas personales para comprometerse consecuentemente por la justicia y la equidad, empeñándose en construir con otros una sociedad más humana y que tome en consideración la calidad de sujetos con derecho a labrarse su propio destino de los débiles y excluidos – que lo son sólo porque se les ha privado de esa su dignidad propia. La cruz de Cristo, el Señor, es la protesta divina contra esa privación.

Con Jesús ante los ojos y en el alma, la cruz de sus seguidores no aparece como la acción desalentada e inútil de un Sísifo. Al contrario, se nos alienta a que no desfallezcamos faltos de ánimo, porque tenemos “puestos los ojos en Jesús, el que inicia y consuma la fe, y soportó la cruz sin miedo a la ignominia” (Hebreos, 12,2 y 3). Ese aliento es el de su espíritu, el que fue derramado en Pentecostés. No estamos solos en esta obra que es la de un amor “que mueve al sol y las demás estrellas” (Dante), y pugna por reunirnos a todos como hermanos y hermanas, algún día... Así lo esperó Jesús.


Manuel Ossa
30 de marzo 2015
Articulo publicado en la Revista Pastoral Popular. 

Programa Radial Sin Pera y con Gloria: Debate sobre Contingencia Política

En este post quisiera presentarles un producto desde un espacio en el cual vengo participando hace 5 años, y es la Escuela de Jóvenes de Corporación Sur. La Escuela es un proyecto formativo que propone entregar un cuerpo de conocimientos y habilidades, desde enfoques de equidad de género y perspectiva generacional, intercultural y territorial. El objetivo es que promuevan, a nivel individual y colectivo, acciones que involucren la participación de organizaciones, redes y territorios donde ejercen incidencia.



  Como parte del Ciclo avanzado de la Escuela, el día sábado 19 de marzo, trabajamos en el taller “Nociones básicas para la generación de contenido radial” facilitado por Natalia Canto. El objetivo del taller era transferir los conocimientos necesarios para que lxs participantes puedan diseñar, grabar y editar audios.


 En el desarrollo de la actividad del taller, trabajamos en un pequeño programa radial, a través de una metodología de debate intentamos plasmar algunas ideas con mis compañeros de grupo sobre contingencia política, abordando más específicamente el proceso de las elecciones municipales. Acá les comparto el audio del programa “Sin Pera y con Gloria” del cual participe como moderador junto a Bruno Salas (Gestor Cultural), Gonzalo Montecinos (Activista LGTBI) y Carlos Soto (Dirigente Estudiantil).




















Acá el Audio: 

 


También les comparto otros dos interesantes programas también creación de nuestro taller, el primero aborda el tema del aborto desde la metodología del radio teatro con el nombre de "Si quieres mistrol dale".

Audio:

 

El tercer grupo abordo la temática de las organizaciones sociales, con datos y experiencias interesantes para quienes nos movemos en estos espacios, el nombre del programa fue: "Conversando en Tremonhue"

Audio:



Finalmente les invito a escuchar el programa: Canto a las Mujeres, programa que conduce Natalia quien fue nuestra facilitadora.



 Canto a las mujeres surge desde el barrio, ese espacio donde convivimos y nos relacionamos. Busca a través de los sonidos construir un lugar en común para las voces de niñas, mujeres y ancianas. un espacio de reflexión, conversación, aprendizaje y reconocimiento de los significados que tiene, ocupar el territorio desde un cuerpo de mujer.