“Acuérdate de tu Creador en los días de tu
juventud, antes que lleguen los días malos y vengan los años en
que digas: «No encuentro en ellos placer alguno»; antes que dejen
de brillar el sol y la luz, la luna y las estrellas, y
vuelvan las nubes después de la lluvia”. (Eclesiastés 12:1)
Ser joven e
identificarse como evangélico puede ser un completo suicidio para cualquier
tipo de relación social fuera de nuestras Iglesias, al parecer no hay nada más
pasado de moda e iluso que decir “soy Evangélico”, basta que en los medios de
comunicación hagan alusión a la Iglesia Evangélica para que empiece un mar de “Trolleos”,
que somos conservadores, homofóbicos, ignorantes, dualistas, machistas y todos
los “atributos” que puede tener un creyente que le exigían pagar indulgencias
en la edad media. En fin, estamos lejos de ser criticados por ser buscadores y
hacedores de justicia, nos critican por ser una Iglesia indolente a lo que pasa
por frente de nuestras narices.
No obstante,
siempre hay valiosas excepciones, muchos jóvenes que han visto en el Evangelio una
propuesta de vida y de buena noticia para la humanidad, es posible creer, que se pueden generar alternativas de transformación desde y con nuestras Iglesias aunque muy
duro y difícil se vea, constituir una fuerza generacional que levante
propuestas de cambios tanto en nuestras Iglesias como en nuestra sociedad, con
un alto valor por el testimonio de Jesús con sus iguales y la proclamación del
Reino de Dios y su justicia, creo que nuestra generación tiene desafíos
particulares que no debemos seguir mirando con indiferencia. Lamentablemente muchas
de nuestras Iglesias encerradas en sus cuatro paredes, se encuentran respondiendo
preguntas que nunca hemos hecho y evadiendo las que si estamos preguntando. Nuestra generación, tal como fue la generación
de nuestros padres, son generaciones diferentes y eso no lo logran entender.
Es en este
sentido que me anime a escribir estas breves líneas, que sólo intentan provocar
la atención de aquellas y aquellos que en sus corazones se sienten impulsados soñar,
pensar y vivir en otras iglesias y otros mundos posibles. Cinco mociones, donde
comparto algunas inquietudes personales que las he ido sociabilizando con el
tiempo con amigas y amigos, compañeras y compañeros del camino, las cuales
propongo considerar en nuestras agendas como jóvenes evangélicas y evangélicos en
el año 2013.
I. El
próximo año se conmemorará 40 años del
Golpe Militar, creo importantísimo tener en consideración este espacio por
tres motivos: Uno porque es un deber moral estar con quienes sufren y nuestra
historia reciente esta bañada de victimas que hasta el día de hoy buscan
justicia. Dos, debemos considerar que un sector importante de la Iglesias
Evangélicas respaldo a un gobierno dictatorial y asesino, legitimizando con la
peor producción de subjetividades de sometimiento e indolencia, en un contexto
donde algunos poderes de las Iglesias buscaban un “Reconocimiento” el cual
nunca llegó a realizarse y tercero, porque también hubieron evangélicas y
evangélicos comprometidos con la defensa de los Derechos Humanos, generando
espacios de protección pagando un alto precio por este tipo de acciones, muy
poco valoradas.
II. El Movimiento Estudiantil, a logrado
tornarse en un movimiento no tan sólo de marchas sino de “cambios de Chip”, la
lucha que las y los estudiantes han realizado, ha logrado formar en nuestra sociedad una masa
critica en torno a cuestionar el sistema socio-económico, que fomenta la
competencia, el individualismo y la desigualdad social, haciendo al rico más
rico y al pobre cada vez más empobrecido con las deudas. Las y los jóvenes de
nuestras Iglesias no han estado al margen de este importante avance, por ende
reforzar espacios de diálogos y promoviendo el ver, juzgar y actuar en nuestras prácticas como creyentes. Que
lindo seria que en vez de cantar siete o diez canciones de Hillsong, se podría
generar una conversación horizontal de las realidades de las y los jóvenes en
sus distintos espacios donde estos se encuentran.
III. El Cuidado del Ambiente, no tan sólo la
ciudadanía a contestado con fuerzas por el tema de la Educación, sino también
por el cuidado del ambiente, en Chile aun gozamos de lindos lugares donde se
puede respirar “aire puro” tan extraño para quienes vivimos en Santiago, pero
hemos omitido en nuestros sermones hablar de lo creado como un espacio revelado
por el Creador, hemos mirado con desprecio la vida que habita en lo no humano,
desde el cuidado de un animal como la defensa del agua, sino es nuestra
generación quien defienda el lugar donde co-existimos entonces no tan sólo nosotros
moriremos, sino que lo destruiremos todo.
IV. El Dialogo Interreligioso,
principalmente con las diversas comunidades indígenas que fueron avasalladas
con la colonización, con un discurso religioso criminal y déspota. Hoy las
luchas se dan por una reivindicación histórica de más de quinientos años de
violencia y abuso de poder, considero vital un dialogo donde nuestras diversas
expresiones religiosas puedan converger en relación a la justicia que se le a
negado a nuestros pueblos originarios. Como también posibilitar diálogos de paz
con otras expresiones religiosas que habitamos en el mismo territorio.
V. Finalmente
la Violencia de Género, tema de
mayor resistencia para muchas jerarquías de nuestras Iglesias que ven en el
Patriarcado su posición inamovible del poder, es tiempo de parar la censura a
temas que necesitan ser abordados, desde la ordenación de mujeres, la diversidad
sexual, la violencia domestica, el aborto, etc. ¿Que temor hay de abrir espacios de
reflexión en torno a estas temáticas? en tanto hoy las ciencias sociales no
facilitan recursos para para resolverlos mucho más preparado de lo que se podía
dar generaciones anteriores. Todas las personas cual sea su identidad de género
u orientación sexual en nuestras Iglesias merecen espacios de completa
inclusión, igualitarios y de respeto.
Dentro de
las movilizaciones por la Educación de este año, un grupo de jóvenes de Valparaíso
sostenían un lienzo cuya consiga era: ¿Qué haría Cristo en mi Lugar? Es la
pregunta que he intentado responder, no me imagino a Jesús lejos de estas
proclamas, sino comprometido completamente con los desafíos, sociales,
culturales y políticos de su generación.
¡Memoria y
justicia!¡Educación gratuita y de calidad!¡No más abuso ambiental, ni animal! ¡Reivindicación
de nuestros pueblos! ¡No más violencia de Género!
El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he
venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. (Juan 10:10)
Josaphat Jarpa, Chileno. Estudiante en la Facultad de Teología Evangélica de Chile (CTE) y Miembro de la Red Global
de Religiones a Favor de la Niñez GNRC-Chile.