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miércoles, 10 de agosto de 2011

¡Iglesia levanta tu Voz!... Educación en Chile por Josaphat Jarpa.

Una vez más miles de personas, salieron a manifestares en las calles de nuestro país, las demandas generadas en un inicio por el movimiento estudiantil (hoy un reclamo ciudadano) cala en lo más hondo del  alma de la ciudadanía, que cada vez más se ve violentada por un sistema que las empobrece, endeuda e indigna. 

 

Han aparecido voces importantes en solidaridad con esta movilización, Madres, Padres, Hijos, economistas, intelectuales, personas desde otras partes del mundo… ¡en fin! Son muchos los que han visto esperanza en este movimiento en poder construir un mejor lugar donde podamos vivir todos y todas.

Escribo como ciudadano, estudiante y cristiano… frente a esta situación he extrañado voces desde nuestra fe cristiana que impulsen el clamor por justicia, no es posible que mantengamos imparcialidad cuando gran parte del país demanda un actuar justo y equitativo, no puede ser que Chile vaya creciendo en índices económicos y siga el aumento de costos, con más pobres, con servicios básicos más caros, cesantía, llevando a las familias de este país al sobreendeudamiento empobreciéndolas y limitando su acceso a vivir una vida digna. Ser cristiano no significa estar alejado del sistema que afecta a nuestras vidas, ya lo he escrito antes, el actuar profético debe ser de denuncia frente a las opresiones que causa ya sea este quien sea.  “Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído”.[1]

Jesús no fue imparcial, tuvo una preferencia sobre pobres, los quebrantados de corazón, los cautivos, ciegos a los oprimidos”[2]Si nos llamamos seguidores de Jesús entonces debemos ser seguidores de su actuar.

Un mensaje muy cierto había en un lienzo de los estudiantes de la UC “Jesús no habría podido ser universitario; su padre era un carpintero” El Mensaje de Jesús podría estar tan vigente en este tema, pero nuestras “teologías” provenientes de sectores fundamentalistas acomodados en un sistema de mercado han tenido que esperar por darle preferencia a una espiritualidad individualista, preocupada del crecimiento personal, la emoción, el sensacionalismo, los conflictos de poder y la tradición religiosa, dejando como última opción la clave de la vida cristiana, “Amar al prójimo como a uno mismo”.[3]

El Amor al prójimo no basta con cantarlo o expresarlo en nuestros discursos desgastados que tienen también nos tienen una crisis como “Iglesia”[4] la inconsecuencia de nuestra hablar con nuestro actuar no ha sido favorable en las mayorías de las Iglesias, parece ser que no es compatible tener una vida en vista a las necesidades de los otros al igual que las nuestras, y es que nuestra indiferencia con el dolor del otro  nos hace perder cada vez más creebilidad en nuestra mensaje “esperanzador”.

Una amiga escribía concerniente a la familia esta frase “Iglesia! levanta tu voz, denuncia la injusticia, realiza propuestas concretas de salvación, no solo moral y del alma, sino salvación concreta aquí y ahora, dignidad para el ser humano, para el débil, para el que sufre. Levántate y denuncia al sistema mercantil opresor y esclavizante, que tiende lazos y cadenas que atan a las personas, aun más que los problemas sexuales ¿o será que estás demasiado sumergida en él?”[5] Pregunta pertinente en este tiempo, muchos de nosotros cristianos y cristianas, vemos con admiración el legado de otros quienes dejaron un marca en la historia de la humanidad Florence Nightingale en Enfermería, Dietrich Bonhoffer y Mather Luther King en los derechos humanos por nombrar algunos emblemáticos, hoy parece ser que nuestro actuar de la fe es muy lejano a la de ellos, y peor aún… lejano a lo dicho por el Maestro en el sermón del monte.

No debemos suponer que el clamor de los estudiantes, de las familias chilenas es un clamor ideologizado como suponen algunos, no tiene por qué ser la proclama de “Justicia social”, sólo de algunas fuerzas políticas o de algunas “ideologías”, debido a nuestro abandono como cristianos de aquella proclama manifestada en Jesús y su mensaje del Reino de Dios y su justicia, tristemente desconocida y olvidada en nuestro actuar de la Fe. “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”[6] hemos estigmatizado las demandas como si fueran sólo de ciertos grupos y no quienes creen en la conformación de una sociedad más justa y equitativa.

Alcemos nuestra voz, frente a la injusticia, frente a la violencia, no permitamos que mas hechos de de violencia ocurran en nuestras calles, no es grato caminar tapado las narices y los ojos por el efecto de las bombas lacrimógenas, ni tampoco es saludable que los niños y las niñas vean tanto uso de agresividad en las calles, como en los noticieros, no tenemos que seguir en este uso desmedido de violencia, las fuerzas policiales son humanos, también tienen hijos e hijas estudiantes, también les afecta la desigualdad, la lucha no es con ellos ni con los tampoco con los vecinos… Debemos influenciar para orientar la búsqueda de soluciones y la creación de propuestas “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.”[7] Por cierto tampoco debemos omitir que los destrozos son causados por seres humanos, violentados igualmente. Violentados socialmente por este modo de vida que llevamos y componemos esta sociedad, formando ghetos, fomentando la violencia en la televisión y medios de comunicación, en la discriminación, en la desigualdad,  etc. Debemos hacernos responsables todos en lo que se ha convertido nuestra sociedad, la cual al parecer determina al nacer quienes nacen para tener éxito y quienes nacen para morir.

Participemos en las propuestas a construir, seamos ciudadanos proactivos, empoderemos a los que hoy no tienen voz, a los excluidos, los marginados, no sigamos en el camino de la indiferencia y veamos el dolor del otro como nuestro dolor, estamos en un proceso que está haciendo historia en nuestro país, la ciudadanía se está autoconvocando a realizar transformaciones sociales, por ningún motivo debemos quedar ajenos a estas transformaciones, sino debemos impulsarlas, y colaborar con nuestras fuerzas para que los principios más nobles de nuestra fe se permeen en nuestra sociedad, la justicia, la bondad, la solidaridad… tan ajenas hoy por un sistema donde el centro es el dinero y el poder económico, al cual Jesús rechazo  “Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”.[8] 

Un Pastor y Profesor escribió “La iglesia invita a los actores a dialogar. No a negociar, porque la educación no debe ser un negocio, no a rendirse, porque la educación no es una guerra. Sino a mirar la actitud de uno que sí sabe educar, pues por algo le llamaban el Maestro”.[9]

Isaías 58 6-11 (NBLH)

¿No es éste el ayuno que Yo escogí: Desatar las ligaduras de impiedad, Soltar las coyundas del yugo, Dejar ir libres a los oprimidos, Y romper todo yugo? ¿No es para que compartas tu pan con el hambriento, Y recibas en casa a los pobres sin hogar; Para que cuando veas al desnudo lo cubras, Y no te escondas de tu semejante?

Entonces tu luz despuntará como la aurora, Y tu recuperación brotará con rapidez.
Delante de ti irá tu justicia; Y la gloria del Señor será tu retaguardia.

Entonces invocarás, y el Señor responderá; Clamarás, y El dirá: ‘Aquí estoy.’
Si quitas de en medio de ti el yugo, El amenazar con el dedo y el hablar iniquidad,
Y si te ofreces ayudar al hambriento, Y sacias el deseo del afligido, Entonces surgirá tu luz en las tinieblas, Y tu oscuridad será como el mediodía.
El Señor te guiará continuamente…


Josaphat Jarpa 
Estudiante de Ciencia Política UMC
Estudiante de Teología CTE.


[1] Hechos 4:19-20
[2] Lucas 4:18)
[3] Mateo 22:39)
[4] Iglesia en este caso como Institución religiosa y no en su sentido teológico.
[6] Mateo 5:6
[7] Mateo 5:9
[8] Lucas 16:13

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