Pocas catedrales de canto y oro,
muchas capillas de barro y tabla.
Pocos ricos adiestrados a la indiferencia,
muchos pobres expertos en pasión compartida.
Pocos letrados calculadores y prudentes,
muchos sencillos que saben de fe y de esperanza.
Pocos doctores muy seguros de su doctrina,
muchos testigos que escuchan de verdad.
Poco poder de fariseos y sacerdotes de carrera,
mucho servicio humilde a los hermanos más pequeños.
Pocos proyectos de dólares y marcos,
muchas mingas de sudor y canto.
Pocas ceremonias en palacios y cuarteles,
muchas fiestas en aldeas y barrios marginales.
Pocas bendiciones de armas, bancos y gobiernos,
muchas marchas de paz, justicia y libertad.
Poco temor al Dios del castigo y de la muerte,
mucho respeto al Dios del amor y de la vida.
Poco culto de espaldas al pueblo
a Cristo rey eterno en las alturas;
Mucho amor y seguimiento a Jesús el de María,
Compañero, Profeta, Hijo del Padre.
Poco, cada vez menos,
mucho, cada vez más.
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