Finalmente ante la pregunta que es “Teología Queer” quedo en el
Imaginario colectivo las diversas posibilidades de significados, al parecer se
piensa que el hecho de lograr una categorización o definición podía terminar
con la ilusión de una nueva forma de pensar contra-corriente, alejada de la
complicidad de opresión de la construcción teológica fundamentalista imperante,
alejadas de los saberes absolutos, desde otra mirada epistemológica, desde
otras lógicas de conexión.
Por ende en esta nota, compartiré al menos tres aspectos de los cuales
se baña estas teologías queer, de las cuales pude absorber durante lo que fue
el primer simposio de Teología Queer en Costa Rica. Sin pretender arrogar la
definición exacta de esta teología que esta en construcción y en construcciones
desde los diversos rostros donde esta habita.
Una “Otra” Teología
Al identificarla como “Otra” lo hago desde entender el origen del
movimiento Queer en cuanto a su disidencia política, lo hago desde su
identificación de “Raro”, de descalificación, desde la experiencia de un movimiento
que nace de los márgenes de los marginados y excluidos. Estos relatos que nacen
de vivir la exclusión de sus cuerpos, de sus vidas, de sus relatos, de sus
identidades, hace que precisamente pueda señalar que tanto los movimientos
queer y las teologías que se tratan de elaborar de estas experiencias, son la completamente
otra, diferente a la común, diferente a la que consideramos como constitutiva.
Teologías con rostros subversivos.
Si hablamos de márgenes y marginados, hablamos de rostros, y estos son
diversos, podemos ver ciertas líneas transversales que son marcadas en cuanto a
la opresión y control sujetas a identidades diversas pero a la vez específicas,
que se plantean desde su praxis de subversión a lo normativo e insurrección a
lo dominante.
Estos rostros tienen sentido en el quehacer teológico en cuanto al
vuelco de ver la teología como acto segundo y no como un saber constitutivo,
por ende la teología Queer realiza este intento de elaborar una reflexión
critica en cuanto a estos rostros subersivos einsurrectos que se planten
disidentes a las normas sexuales y políticas que imperan en la sociedad que
unos imponen sobre los otros, una sociedad donde lo sexual, lo étnico, lo
generacional, lo económico, son elementos categorizadores, para la dominación de unos pocos.
Este carácter subersivo con que se inicia el movimiento de Jesús, que
luego tiene a desaparecer por el poder romano, marca en la historia como
aquellos diversos movimientos disidentes a la voz oficial, que intentaba normar
la religiosidad, en cuanto a su orden político y empodero a los que ostentaban
el discurso oficial, estos movimientos insurrectos religiosos también estuvieron
presente en los Montanistas, La Reforma, el Anabautismo, las comunidades de
base, entre otros. Una disidencia que intentaba resistir a las estructuras de
poder en cada una de las épocas. Movimientos considerados como herejes, y raros
o permean el pensamiento Teológico Queer Latinoamericano, cuestionando también la
estructura política de la religión y su sistema de control a través de lo “decente”.
Una Teología que transita.
Esta Teología se pregunta por la vida, más que por los textos, por ende
como la vida transita, los cuerpos transitan, el lenguaje transita, en constante
movimiento en ocasiones ambiguos, hace que esta teología también transite con
la vida.
Preguntándose por las alternativas de escapatorias de salida, escuchando
aquellos susurros de quienes no se escuchan, de aquellas voces oprimidas, de
cuerpos castigados, por ende las respuestas que si lo hubiesen pueden ser
incluso momentáneas o que respondan a eventos específicos, y también históricos,
siempre que la vida, las voces lo estén hablando, las cuales fluyen desde lo
que uno mismo es.
Esta teología Queer que no pretende ser un nuevo absoluto, sino que pretende
ser una des-construcción para dar paso a nuevas contrucciones de lo identitario
personal y colectivo, construcciones que intentan sobrevivir a los gritos teológicos
de un sistema que busca abolir toda aquella posibilidad de reinventar y reimaginar
o simplemente vivir.
Si bien lo Queer puede caer en un nuevo reduccionismo y categorización,
podemos decir hoy que la constante construcción del pensar, en Dios, la Vida,
los cuerpos, nos invitaran a nuevas ventanas para seguir observando y nuevos
caminos por seguir caminado
No creo que la teología Queer haga una sola invitación especifica, pero
en lo personal me he sentido invitado a observar nuevamente lo observado, a
cuestionar lo siempre normado, a respirar lo que siempre fue impedido, a leer
en los ojos las vidas de lo que hoy anunciamos que otros mundos, diversos y con
colores son posibles, porque existen en cada quien quiera vivirlo.
Josaphat Jarpa R.
Participante del Simposio de Teología Queer 2012